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Doce meses, doce humadales de Campillos. Febrero: Laguna de Panza

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Bueno…

Siguiendo la idea de dar a conocer mes a mes los 11 humadales de Campillos que hemos comenzado en este 2015 (el «humedal» que no es tal y que haría el número 12, ya comentamos en Enero que lo dedicábamos a nuestros pantanos y charcas), a este mes de Febrero le vamos adjudicar «la nueva laguna» por olvidada, por desconocida, por solitaria, por pequeñita, por maravillosa y oculta, y porque se merece estar en un buen lugar  entre los humedales de Campillos, y es… la Laguna de Panza.

Laguna de Panza

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Este humedal nuevo para todos, es una laguna que al igual que la de Toro y la de Menaute, nos muestra todo su esplendor cuando las lluvias son abundantes, manteniéndola varios meses y permitiendo el crecimiento de juncos y matorral característicos de estos paisajes, a la vez que ello permite la nidificación y asistencia de aves propias de estos entornos (entre ellos por supuesto, el flamenco rosado) y de servir de abrevadero a todo tipo de animales de los montes y cerros cercanos: conejos, zorros, jinetas, anfibios, y numerosos pequeños roedores.

Podemos considerarla como la más pequeña de todas: 130 m. x 100 m. aproximadamente (el vaso original) y se encuentra al igual las anteriores (Toro y Menaute), en tierras de labranza, hecho que origina que año tras año continúe siendo roturada, sembrada y hasta con intenciones de hacerla desaparecer impidiéndolo la propia naturaleza, pues las aguas de lluvia caídas son recogidas en su lugar original, convirtiendo el hecho de querer «borrarla del mapa»,  en una lucha constante «hombre-naturaleza». En los alrededores de la misma también se pueden apreciar pequeños «vasos» endorréicos que se llenan igualmente de agua.

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A pesar de aparecer en los mapas y planos, nadie nunca habló, estudió y por lo tanto dió a conocer este nuevo humedal y el año pasado, entre el camino de las Pilillas y el cerro que lleva el nombre de Panza, tuve la suerte de encontrame con ella aún rebosante de agua pues anduve tiempo detrás de su localización exacta.

Este «descubrimiento» me satisfizo de sobre manera por ser un hallazgo  único y desconocido para la inmensa mayoría, pero a la vez me dejó claro el total y absoluto desconocimiento que tenemos de nuestro territorio en general y de nuestro patrimonio natural en particular.

Tenemos que poner en orden, de una vez por todas, todo el patrimonio natural y cultural de nuestra villa pues este humedal, la Laguna de Panza es un claro ejemplo precisamente, de desorden y caos en este sentido.

Que sirva este lindo y hermoso paisaje natural como ejemplo y comienzo, de una nueva historia que reescribir y contar para el futuro más cercano que nos dure en el tiempo. Y recordemos entre todos, que «antes de todo» nuestro territorio fue «bosque y laguna».

 Fuente de información y fotos: Balti Felguera B.

(Los textos y fotos se pueden reproducir citando autor y bajo expresa autorización del mismo)

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